Agustín, Santo, Obispo de Hipona, 354-430 (Nombre Personal)
- Augustinus, Aurelius, 354-430
- Agostino, Aurelio, 354-430
- Agustinus, Santo, Obispo de Hipona, 354-430
- Agustín de Hipona, Santo, 354-430
- Agustín de Tagaste, Santo, Obispo de Hipona, 354-430
- Augoustinos Ipponos, 354-430
- Agustinus, Santo, Obispo de Hipona, 354-430
- Augustin d'Hippone, 354-430
- Augustin, Santo, Obispo de Hipona, 354-430
- Augustine, Santo, Obispo de Hipona, 354-430
- Augustinus Hipponensis, 354-430
- Aurelio Augustín, Santo, 354-430
- Aurelius Augustinus, Santo, 354-430
- San Agustín, 354-430
- St. Augustine, 354-430
San Agustín : textos escogidos, 1995: portada, (San Agustín)
VIAF Augustinus, AureliuS, 354-430 http://www.viaf.org/viaf/66806872/#Agustín,_Santo,_Obispo_de_Hipona
Biblioteca Nacional de España, Catálogo de Autoridades Agustín, Santo, Obispo de Hipona http://catalogo.bne.es/uhtbin/authoritybrowse.cgi?action=display&authority_id=XX978571&index=LCNAME&lang=es
Wikipedia. Agustín de Hipona; conocido también como san Agustín o, en latín, Aurelius Augustinus Hipponensis (nacido en Tagaste, el 13 de noviembre de 354 y fallecido en Hippo Regius, el 28 de agosto de 430), santo, padre y doctor de la Iglesia católica. El «Doctor de la Gracia» fue el máximo pensador del cristianismo del primer milenio y según Antonio Livi uno de los más grandes genios de la humanidad. Autor prolífico, dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología, siendo Confesiones y La ciudad de Dios sus obras más destacadas. https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona
Biografías y Vidas. San Agustín; (Aurelius Augustinus o Aurelio Agustín de Hipona; Tagaste, hoy Suq Ahras, actual Argelia, 354 - Hipona, id., 430) Teólogo latino, una de las máximas figuras de la historia del pensamiento cristiano. Su padre, llamado Patricio, era un funcionario pagano al servicio del Imperio. Su madre, la dulce y abnegada cristiana Mónica, luego santa, poseía un genio intuitivo y educó a su hijo en su religión, aunque, ciertamente, no llegó a bautizarlo. A los dieciocho años, Agustín tuvo su primera concubina, que le dio un hijo al que pusieron por nombre Adeodato. El hecho fundamental en la vida de San Agustín de Hipona en estos años es su adhesión al dogma maniqueo; su preocupación por el problema del mal, que lo acompañaría toda su vida, fue determinante en su adhesión al maniqueísmo, la religión de moda en aquella época. Los maniqueos presentaban dos sustancias opuestas, una buena (la luz) y otra mala (las tinieblas), eternas e irreductibles. Era preciso conocer el aspecto bueno y luminoso que cada hombre posee y vivir de acuerdo con él para alcanzar la salvación. A San Agustín le seducía este dualismo y la fácil explicación del mal y de las pasiones que comportaba, pues ya por aquel entonces eran estos los temas centrales de su pensamiento. Sin embargo, el tema central del pensamiento de San Agustín de Hipona es la relación del alma, perdida por el pecado y salvada por la gracia divina, con Dios, relación en la que el mundo exterior no cumple otra función que la de mediador entre ambas partes. De ahí su carácter esencialmente espiritualista, frente a la tendencia cosmológica de la filosofía griega. La obra del santo se plantea como un largo y ardiente diálogo entre la criatura y su Creador, esquema que desarrollan explícitamente sus Confesiones (400). En sus concepciones sobre la naturaleza y el mundo físico, Agustín de Hipona parte del hilemorfismo de Aristóteles: los seres se componen de materia y forma. Pero conforme al ideario cristiano, Agustín introduce el concepto de creación (Dios creó libremente el mundo de la nada), extraño a la tradición griega, y enriquece la teoría aristotélica con las llamadas razones seminales. El ser humano se compone de cuerpo (materia) y alma (forma). Pero siguiendo ahora a Platón, para Agustín de Hipona cuerpo y alma son sustancias completas y separadas, y su unión es accidental. Las ideas políticas de Agustín de Hipona deben situarse en el contexto de la profunda crisis que atravesaba el Imperio romano y de la acusación lanzada por los paganos de que la cristianización era la causa de la decadencia de Roma. San Agustín respondió trazando en La ciudad de Dios una filosofía de la historia; la palabra "ciudad" ha de entenderse en esta obra no como conjunto de calles y edificios, sino como el vocablo latino civitas, es decir, la población o habitantes de una ciudad. Por su vasta y perdurable irradiación, puede afirmarse que Agustín de Hipona figura entre los pensadores más influyentes de la tradición occidental; es preciso saltar hasta Santo Tomás de Aquino (siglo XIII) para encontrar un filósofo de su misma talla. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/agustin.htm